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    EL PRESTAMISTA MODERNO


Toni Gil

 

Un día de finales de julio, de esos en los que confluyen de una parte una ola de calor sahariano y, de otra, un repentino exceso de actividad intestinal, producto –más que probable- de alguna bebida fría que trataba de mitigar lo primero... un día de julio, digo, me ensillé de buena mañana ante la tele, dispuesto a tragarme con la ayuda de ese instrumento en el que reside la mayor autoridad doméstica –o sea el mando, ese creador del zapping- la mayor parte posible de programas matinales. Algo así como aplicarse un cilicio sin estrenar en carne viva.

 

Como en cualquier otro horario el citado ejercicio de cambio de canal en cuanto se produce una interrupción no está en mi mano, pero esa mañana ejercité con satisfacción y cierta euforia la posibilidad de ver ¡tranquilamente! la publicidad, los “comerciales” como así llamaban a los spots en los primeros tiempos la gente del ramo.

 

Siempre hemos mantenido –los que nos hemos dedicado a la comunicación- que hay productos que deben publicitarse en determinados espacios; si la audiencia infantil es significativa de seis a ocho de la tarde o los sábados por la mañana, por ejemplo, es ahí donde hay que programar los anuncios de juguetes.

 

Aunque no tengo datos de audiencias actuales, estaría dispuesto a afirmar que las audiencias matinales son en gran medida amas de casa –sin trabajo fuera del hogar- y jubilados. Y ahí entra mi reflexión... ¿es que se considera a estos colectivos tan yermos de conocimientos financieros para creer que con una proliferación permanente, repetitiva, constante... van a “comprar” un crédito por teléfono o por internet?

 

He anotado –en esa mañana juliana- a CREDIAL (con Carlos Sobera de prescriptor, nada menos), CREDIMIL (el único que llega a 7.500 euros), MEDIATIS (de un tal Banco Sigma, desconocido por mi), CREDIT SERVICE (con Imanol Arias de protagonista), CREDI AGIL (del banco con nombre cántabro y que regala –además- una plancha), DINERO EXPRESS (que es una filial de un banco de cuatro letras), COFIDIS (creo que es el que menos presta, máximo 3.000 €), la UNIÓN FINANCIERA ASTURIANA (que ofrece también refinanciar varios préstamos), GESTCREDIT (que parece ofrecer sólo hipotecas) y BROKERS FINANCE.

 

Diez ofertas, todas resolviéndote el problema inmediato, casi todas sin letra pequeña y muchas de ellas sin TAES. ¿Las normas a todos afectan? ¿O a estos aprovechados de las crisis domésticas les han concedido patente de corso?

 

De cualquier forma y sin desmerecer en forma alguna a las amas de casa, entiendo que el segmento de jubilados, por mucho que mire la tele matutina y por mucha necesidad perentoria que precise, nunca acudirá a este tipo de prestamistas, sucesores en algunos casos (más del 24% de TAE anual) de aquellos franceses que al exigir el pago de un crédito a un torrentino, éste, al verse apurado, se ahorcó, con tanta conmoción entre la gente de bien que los prohombres de la villa, para combatir la exagerada usura crearon la Caja de Torrent. Claro que eso fue hace ciento y un años.

 

toni.gil@ono.com

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