Hoy tengo el alma soñando
un horizonte de estrellas,
un aroma de claveles,
un brillo de luna quieta,
una ilusión de canciones
en el eje de mi senda
y un inefable y alegre
sonido de risas nuevas.
El alma se me va por la corriente
eterna donde sueño mi ventura
como en un rito nuevo que inaugura
caminos de fulgor iridiscente.
El alma se me vierte en el torrente
de una ilusión que presentí segura
en busca de una nueva singladura
que funde mi pasado a mi presente.
Huyendo de la sombra del abismo,
en el rayo de luz de un espejismo
y en el azul inmenso de los cielos,
se me deleita el alma y se entretiene
y la Creación entera se detiene
mientras vengo soñando nuevos vuelos.
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