Tú me das,
yo te devuelvo más.
Tú me quitas,
yo te dejo sin vida.
No te enfades conmigo,
no te dejaré descansar ni en domingo.
Te puedo hacer la vida imposible,
y también la más feliz entre lo invisible,
pues lo que se ve es apariencia,
y lo que no, esencia.
Vivamos pues en colores vivos,
que los pálidos son para el pasado y olvido.
Recorramos juntos el camino,
ojalá nos conduzca a lugares perdidos,
allí se hallan a veces,
tesoros que ocultos permanecen.
Y si uno encontramos,
no seamos egoístas y repartamos,
es feliz el que poco tiene,
y aún más quien reparte sus bienes.
La felicidad no reside en las cosas,
sino en el interior de las personas.
Feliz no es el que mucho tiene,
sino el que nada desea,
se contenta con lo que posee
y nada más quiere.