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Vicente Esteve

   AL HABLA CON...

FRANCISCO LUIS NAVARRO ALBERT


     Me encuentro con mi viejo –no por edad, sino por los años que nos conocemos– y buen amigo Paco y me comenta, muy ilusionado, su nueva situación: ¡Soy abuelo primerizo!. Y empezamos a charlar: Que si tú eres más joven que yo, que si te encuentro perfectamente, que si leo tus escritos en el Boletín, y así fue como, sin pretenderlo, realicé la entrevista de este mes. Espero que no te enfades, Paco, por contar algunas cosillas tuyas.

 

     Nació el 28 de junio de 1943 en Alicante. Fueron cuatro hermanos, uno falleció. Su padre fue diseñador de hogueras, trajes festeros, etc., muy conocido en este mundillo por J.N. (José Navarro). De pequeño asistió al colegio de “Don Varó”, que en aquel entonces era como una escuela superior de niños, hasta que ingresó en la Escuela de Comercio, y de aquí, a los catorce años, con beca, se marchó a la Universidad Laboral de Sevilla (de aquí nuestra amistad) donde cursó la Oficialía Industrial Mecánica y la Maestría en la rama del automóvil. Pasó a la Laboral de Gijón y acabó el entonces Peritaje, hoy Ingeniería Técnica. En una de sus vacaciones, me cuenta, hace 46 años, conoció a su esposa Mari Luz y lleva junto a ella 35 años. Fruto de esta relación nació Ricardo, hoy Ingeniero Superior en Electrónica que vive y trabaja en Madrid y que el 31 de marzo les hizo abuelos y se vio cumplido el deseo tan esperado por ellos.

 

     De su vida laboral recuerdo, resumido, que me contó:

     Al acabar los estudios en 1969, año en el que falleció mi padre, pasé a ser el cabeza de familia y me coloqué en una empresa concesionaria de maquinaria industrial, después pasé por una constructora y por un concesionario de motos (siempre en administración) hasta que enfermé por estrés y lo dejé.

 

     Estando hospitalizado me preparé para las oposiciones de la CAPA, y una vez superadas me encontré trabajando con antiguos compañeros de “Don Varó”, como Miguel Galiana Tortajada, Roberto Hernández Vidal y muchos otros. Pasé por las urbanas Elda 13, Principal de la Rambla, y, finalmente, la de Avenida de Denia, junto a la Pirámide. En Central estuve en Personal y, tras la fusión, continué en este departamento llevando la Seguridad Social, Contrataciones, Pensionistas y Jubilados hasta mi prejubilación en el 2001.

 

     Estuve simultaneando el trabajo en la Caja con un trabajo técnico en una empresa dedicada a la seguridad contra-incendios, con la cual sigo colaborando, pero en junio me jubilo definitivamente.

Paco y Vicente durante la entrevista 

     Quiero conocer cómo es un día cualquiera en la vida de mi amigo Paco,  y me dice:

     Hombre, un poco diferente sí es, en relación a cuando estaba en activo; no obstante, me ha quedado el hábito de madrugar, y a las 6 o las 7 de la mañana ya estoy levantado. De lunes a jueves ocupo las mañanas en la empresa contra-incendios realizando trabajos de ingeniería y proyectos, y las tardes y fines de semana los dedico a mis aficiones, que son mucha lectura y escribir, tanto poesía como prosa. Además, desde hace dos años colecciono “graffiti”, los busco por las fachadas y los fotografío. Y claro, como tantos otros en nuestra situación, no puedo olvidarme de “la bolsa”… de Mercadona acompañando a la señora.

 

     Se me ocurrió preguntarle cómo celebrará el día de su cumpleaños. Y me dijo:

     Algo diferente a otros años, seguro. Siempre lo he celebrado en la intimidad, y sin velas, y a veces comiendo fuera, pero ahora que somos uno más en la familia espero pasarlo junto a mi nieto.

 

     Y  tu cerebro ¿cómo “anda”?

     Pues en general bien. No obstante tengo el problema, que no he tenido nunca, de que me olvido de los nombres de las personas, es decir, los reconozco pero no recuerdo sus nombres. Y precisamente estando en personal me jactaba de que recordaba nombres y apellidos en cuanto los manejaba una vez. Debe ser la falta de práctica, pues del resto de cosas lo recuerdo todo con pelos y señales. Curioso ¿no?

 

     Pues, sí. Y continuó diciéndome:

     Como soy el “manitas” de la familia siempre tengo cosas que hacer, pero busco tiempo para mis paseos, mis fotos y mis otras ocupaciones, pues no quiero volver al estrés por no poder llegar a todo; mis pequeños sueños inmediatos son: irme este verano, con mi hijo, en una barca de alquiler a pescar, fomentar la relación con los amigos que considero como hermanos, y localizar en los archivos municipales y en los de la Diputación todas las pinturas y dibujos de mi padre que allí existen.

 

     Entre recuerdos de nuestra juventud, le pregunté por lo mejor de su vida, y sin dudarlo dice:

     Han sido tres cosas: mi mujer, mi hijo y mi nieto. Ah, y una cuarta, no menos importante, que no puedo olvidar: el haber estado a punto de morir me hizo “ver” todas las cosas de otra manera, y solo darle importancia a lo que realmente la tiene. Además, mi timidez me impidió relacionarme más con la gente y ahora estoy recuperando el tiempo perdido ya que una palabra, una imagen, un echo real por insignificante que parezca, me inspira para escribir mis artículos -supongo que mis lectores lo habrán advertido-; me atrevo con todo, tanto en poesía como en prosa, y si la idea es mía la desarrollo mejor que cuando es “por encargo”, incluso cuando es mi mujer la que me da el tema.

 

     Y  hablando de escritos debo significar que Paco colabora desde enero de 2005, Boletín de JubiCAM nº 60, con sus artículos enfocados a las relaciones humanas, destacando en todos ellos su fina ironía, por lo que me interesó conocer sus inicios, y esto es lo que dijo:

     Ya en Sevilla escribía en un mural de la Universidad Laboral, también colaboré en el Boletín de la Caja y en varios “llibrets” de hogueras. Siempre he encontrado más fácil el artículo que la poesía, no obstante tener seis libros de poemas –casi todos ellos dedicados a mi mujer- y un libro de dibujos dedicado a mi hijo. Como ves, me atrevo con todo. Nuestro compañero fallecido Paco Morant me animó a escribir y me impregnó de su sentido. A los tres años de la fusión recuerdo que envié felicitaciones de Navidad personalizadas a los compañeros y sé que las recibieron con sorpresa y admiración. A Vicente Llopis le hice llegar un escrito sobre el tema de “calidad” acompañado de una poesía, de la que me sentí muy orgulloso. Considero interesante que quien se atreva escriba algo, y también que lea lo que otros escriben, pues se aprende mucho ya que si no haces nada seguro que no te equivocas, pero el aprendizaje es a base de golpes y por eso me gusta escribir y aprender a corregir expresiones. Lo encuentro una auténtica delicia.

 

     Pues una delicia es haber estado toda una tarde con mi amigo Paco escuchándole y rememorando viejos tiempos, con lo que todos lo conocemos un poco más. Gracias, amigo.

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