Nuevos tiempos, nuevas tecnologías, nueva Vocalía en nuestra Asociación. Y para ocupar la, nuestro entrevistado. La primera pregunta no podía ser otra ¿cómo te sientes como Vocal de Informática en la Junta Directiva? 

     Pues muy apoyado en el desarrollo de mi complicada labor, debido a que el Soporte Informático se fragmenta en muchas cosas. Estamos implantando una red con diez ordenadores, conectados a un servidor protegido por un SAI (Servicio de Alimentación Ininterrumpida) realizando copias de seguridad que darán independencia a cada usuario en sus correos, su dominio particular y sus posibles “secretos”. Hay mucha labor en el futuro para ir independizando a cada usuario con dominio propio y completando su formación. Todo esto no existía y se usaban distintos ordenadores con la clave de un solo usuario, con las consiguientes molestias.

     Doy fe de su actividad porque durante el tiempo de la entrevista lo reclamaron en infinidad de ocasiones los diferentes usuarios que se encontraban en los puestos de trabajo de la Asociación.

     ¿Qué te parecen los cursos de formación On-Line que nos oferta la CAM a los jubilados en las mismas condiciones que a los activos?

     Pues perfecto, porque considero que es una ayuda económica para costear la línea de Internet y al mismo tiempo nos mantiene al día de los cambios de la operativa en la Entidad. Es una lástima que se estén acogiendo muy pocos compañeros, ya que el esfuerzo es mínimo y la ayuda interesante. Además es primordial hoy día manejar el ordenador para el ahorro de papel en el intercambio de información, pues por Internet el coste es cero, y hay que concienciar al personal para ser más ecologistas; de esta manera estaremos contribuyendo a solucionar temas de ahorro energético y disminuir la tala de árboles. Yo sé que dominar aplicativos, herramientas, Excel. Word, etc. nos puede costar un poco de esfuerzo, pero merece la pena hacer algunos cursillos que incluso podríamos pro-gramar aquí en la Asociación, aunque una cosa detrás de otra: primero montaremos la infraestructura, y el resto a su debido tiempo.

     Y hablando de  ecologismo  ¿conoces  la  Asociación Voluntarios CAM?

     Pues sí y además soy socio de ella. La lástima es que no puedo participar todo lo que yo quisiera en las actividades que programan, por falta de tiempo, pero recibo toda la información entrando en su página web.

     Cuéntanos algo de ti, tengo entendido que eres un autodidacta desde muy pequeño.

     Hombre, no es exactamente así, pero te cuento. Nací en el alicantino barrio de Raval Roig, de tradición marinera y con orígenes familiares de pescadores, en el año 1949, y tengo dos hermanos, uno mayor que yo, y mi hermana que es la pequeña. En 1975 me casé, bien casado,  con Mari Carmen Sala Agulló y tenemos dos hijos, el chico está acabando la Licenciatura en Administración y Dirección de Empresas y la chica es Diplomada en Enfermería. Y están en activo. Yo, con catorce años me encontré en la tesitura que me planteó mi padre: ¿estudias o trabajas? y opté por entrar de ascensorista en la Torre Provincial. Pero me obligó a sacar los estudios primarios de la época. Por oposición entré en la CAPA de botones; más adelante me enviaron a la oficina 7, en Virgen del Remedio, donde coincidí con Baldomero Santana, y también estuve en otras varias, con el servicio militar por medio, hasta que al final llegué a la de Babel, y de aquí a Central, primero en la Torre Provincial y después en Oscar Esplá, en el Departamento de Compensación. Tras la fusión seguí desarrollando la misma función y acabé como responsable de la Unidad de Compensación de Documentos y Cartera. Obtuve plaza en la Universidad para mayores de 25 años e inicié la carrera de Ciencias Sociales, que tuve que dejar por incompatibilidad de horario con mi nuevo turno de tardes. Cuando la Caja financió el ordenador a sus empleados empecé a ilusionarme. Me entró el gusanillo de la Informática, y a partir de ahí he sido autodidacta en Informática, Fotografía y Electrónica. Ya ves, pasé de “letras” a interesarme por las “ciencias”. Tomé la decisión, en el último momento, de prejubilarme con 57 años, antes de que se cerrase el cupo, y desde entonces estoy con los cambios tecnológicos.

     Entonces no me cabe duda de cuales  son  tus aficiones.

     Pues sí, para la fotografía tengo mi ampliadora, cubetas, líquidos, etc. para revelar, aunque obviamente hoy las saco por tarjeta. La afición a la electrónica me llevó a obtener la licencia de Radio Aficionado en su clase más alta, Eco-Alfa, y mi indicativo es EA5-CKR para poder transmitir aunque me gusta más escuchar. En Informática toco todos sus apartados, pues monto mis propios equipos para buscar más rapidez en la comunicación. Y además tengo inquietudes de futuro, como la navegación a vela y el golf. Todo llegará a su debido tiempo, pues aunque parece que los jubilados no hacemos nada, la verdad es que no paramos y nos falta tiempo.

     ¿Y otras aficiones más lúdicas para no tener que estar “inventando”?

     Para ello me encanta la lectura, sobre todo novela histórica hasta la Edad Media, y claro, cómo no, libros técnicos. Además soy muy amante de la naturaleza, y un poco atrevido, pues he utilizado durante mucho tiempo mi caravana para salir de acampada libre, eso sí, respetando todas las normas de seguridad llevó a toda la familia –hasta el perro- y he llegado a lugares que merecía la pena conocer, como la Sierra de Gredos con sus lagos, Peralejos de las Truchas y Beceite, entre otros. Me encanta todo lo que sea verdor y agua, ya que nuestros parajes son más de secano. Una vez, estando acampados en Viella, cayó tanta agua que se llevaba las sillas y la mesa que estaban en el avance de la caravana. Tuvimos que salir corriendo para recuperarlas. Iba siempre bien pertrechado, disponía de un grupo electrógeno y no me faltaba la luz para poder ver los partidos de fútbol por la tele. También aprovecho los viajes en grupo, y me ha impactado sobre todo, por la novedad, el reciente a Les (Valle de Arán) por sus impresionantes nevadas. Repetiría otra experiencia similar por aquellos parajes.

     Es decir, que anécdotas no te faltan.

     ¡Pues si te cuento las del trabajo! He sido objeto de dos atracos. En  el  primero  de ellos saltaron el mostrador y me tomaron de rehén, además del dinero disponible pidieron el que estaba en la caja fuerte, teniéndome inmovilizado y con la pistola apoyada en la nuca. Se dieron cuenta del tiempo que se necesitaba y tuvieron a bien marcharse. En el segundo no fui yo el “elegido” y solamente participé en el “cuerpo a tierra” y ser encerrado en el aseo junto al resto de compañeros. Esos malos tragos no se olvidan.

     ¿Y qué enfoque le has dado a tu tiempo libre?

     Cumplir mis inquietudes, y, un poquito forzado por mi mujer, poner orden y en condiciones mi despacho, ya que como me gusta experimentar tengo por medio  equipos de transmisiones y otros electrónicos e informáticos. En fin, que, como trabaja mi mujer, nos hemos repartido faenas, y esa será una de las mías.

     ¿Te encuentras en condiciones óptimas para organizarlo?

     Pues sí ya que siempre he gozado de buena salud y han sido muy pocas las veces que he tenido que solicitar la baja laboral. Como soy el manitas de la casa, un día me quedé “pegado” por la corriente a una máquina trituradora que estaba manipulando, y pedí ayuda pero no me oían; menos mal que se me encendieron las luces –nunca mejor dicho- y corrí por el pasillo con el aparato a cuestas hasta que, por la distancia, se desconectó el enchufe. Se pasa mal, ¿sabes?

     Pues sí, alguna experiencia tengo. Y para terminar ¿te gusta tu ciudad en la actualidad?

     Me encanta, es la típica ciudad mediterránea, abierta, con mucha luz, y es una lástima que hayamos perdido algo tan bonito y entrañable como es vivir en una ciudad pequeña (el pago al progreso), pues el pasar a ser grande conlleva una serie de problemas superiores a las posibles ventajas.

     Pues nada, a convivir lo mejor posible en la gran ciudad que se ha convertido tu Alicante natal, y aprovecha las nuevas tecnologías para estar ocupado en lo que te gusta. Gracias, Salvador.