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Antonio Pérez Menárguez

PUBLICACIÓN CENTENARIA


     Nuestro querido y entrañable boletín Jubicam cumple su primer centenario, cien números para una publicación que nació con la finalidad de informar de las actividades y acontecimientos de nuestra Asociación, convertida en una gran revista por su calidad informativa y literaria alcanza, en estos momentos, su mayoría de edad. Una efemérides importante, no ya para nosotros, miembros de la Asociación, sino para el conjunto de lectores que saben que cuentan con una revista cuya referencia ha demostrado estar dispuesta a ser un medio de comunicación de primera calidad.

 

     No voy a destacar los muchos y buenos articulistas que la publicación Jubicam tiene, algunos de gran prestigio literario, otros, lamentablemente ya no están con nosotros, pero sí valorar la independencia que cada uno de ellos han mantenido durante esta ya dilata andadura al expresar sus opiniones y pensamientos con la más absoluta libertad  y el total apoyo de los responsables de las ediciones. Desde mi personal percepción, este es el punto de partida que realiza Jubicam desde  un planteamiento de respeto a lo pasado y una fuerte apuesta por lo que está por llegar.

 

     No en vano nuestro presidente Pepe Barberá y su Junta Directiva vienen trabajando con especial ahínco en desarrollar y apoyar nuevas actividades, nuevos compromisos, sin olvidar nuestro origen y nuestra gratitud a nuestra CAM, haciendo hincapié en la defensa de la buena armonía y buena convivencia de que goza nuestra Asociación, diría: un rico patrimonio que hay que cuidar y mantener.

 

     Un rápido análisis, sin entretenerse en los pormenores, el espacio no da para más, ofrece unas extraordinarias vivencias que han tenido mucho que ver en la magnífica trayectoria de nuestro  boletín, insisto, para  mí, revista  Jubicam. He asistido, alguna vez, a planteamientos difíciles y complicados donde ha mandado considerablemente la situación económica. Muchos esfuerzos  y no menos sacrificios ha llevado nuestra Asociación a sus espaldas, en ocasiones, desde la más absoluta precariedad y ante la incomprensión de muchos, el tesón y los buenos oficios eran capaces de resolver asuntos determinantes en muchos acontecimientos puntuales.

 

     Asimismo, cabría resaltar el impresionante papel que Jubicam ha desarrollado en estos años, la potenciación cultural, artística, deportiva, literaria y pedagógica, e incluso, humorística, nexo de unión entre personas que en muchos casos no nos habíamos visto jamás. Puedo decir que mis primeros contactos con la Asociación fueron a través del boletín y un número tras otro me fui familiarizando con mis vecinos de página, tanto que al conocerles personalmente creía que eran conocidos de toda la vida.

 

     Por ello, estoy convencido de lo que representa nuestra revista Jubicam, que ha venido simbolizando  el   escenario donde se ha elaborado el desarrollo de muchos valores éticos y morales, fraguándose hábitos de conducta que han convertido a nuestra Asociación y a su revista, en un ejemplo a seguir. Así, nuestra publicación cumple su centenario con solemnidad y sin estridencias y con la íntima satisfacción, sobre todo, de su presidente Pepe Barberá, buen gestor y entrañable amigo.

 

     La clave del éxito es, sin duda, la dedicación y el amor que muchas personas han ido consiguiendo que Jubicam, lejos de ser una asociación decorativa haya ido trabajando de forma denonada, cuyo resultado es el prestigio y categoría alcanzado y el respeto guardado a su propia fidelidad. Sólo son cien números.

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