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     LA PLAYA     


José Miguel Quiles


     Es el pedacito de la geografía costera más querido del municipio, la invitación natural a gozar del mar, cada ciudad siente un orgullo especial de su playa: “Valencians fanfarrons que parleu del Miquelet ¿habeu vist el Postiguet?, aixó si que té collons”; hasta no hace mucho los médicos aconsejaban “baños de olas”. Y los más saludables eran de Virgen a Virgen (del Carmen a la Asunción). Era tradición en Alicante ir a pasar el día de San Jaime a “Los doce puentes” y se llevaban la sandía en una manta. Hoy la playa se disfruta de una manera más personalizada:

 

     El caminante tempranero: Aparece a la 8.30 de la mañana. Sin gorra.  A esa hora la playa ofrece un paisaje casi bíblico, la brisa es vivificante. Camina a paso gimnasta 7-8 Km. Vuelve antes de las 12 y se hace un tinto de verano con olivitas. Luego exagera: “Diez km. se ha hecho el nene esta mañana…” “¿Yo? nadando llego a la boya…”

 

     El caminante p.m.: Llega a las 12, se ha reservado 2 horas para la digestión del desayuno,  comprar el pan y la prensa. Regordete, con gorra. Sufre todas las molestias del gentío. Suda y se tira la mano al trasero para sacar el Meyba de la juntura. Camina 2 kilómetros. “Leche, como pega hoy el lorenzo…”

 

     El dominguero: Dice el viernes en la oficina: “El domingo me iré a la playitaaa…” y el domingo se casca toda la caravana de ida sudando, media hora buscando aparcamiento cerca de la arena, un cuarto de hora sacando bártulos del maletero, se sufre la seis horas más infernales del día y se traga la caravana de vuelta. Llega a casa muerto de calor, hipertenso, los niños llorando, se ducha y se mira al espejo para ver si está moreno. Cuando ve el tiempo en la tv. le dice a la mujer “¿Ves? en el norte  lloviendo…”

 

     La maruja de playa: Se deja la comida preparada. Baja sobre la 12.  Se reúnen de 6 en 6, formando semicírculo. Los primeros días del verano el cambio de aguas les produce estreñimiento. Hablan de todo: “La chica del segundo… está separada del marido.” “¿Tu sabes engañar los caracoles…?” Se bañan con la gorra puesta, en cuclillas.  Al  final del verano se van de merendola y hacen una síntesis bien hecha de todo lo hablado.  Por Navidad se llaman por teléfono y se ponen al día.

 

     Los nudistas: Generalmente son gente sana, naturalista. Ponen la toalla lejos de la orilla. Se meten al agua varias veces en la mañana. El nudista es una persona discreta y amable.

 

     Los imitadores del nudista: Como decía Ortega y Gasset, el imitador es siempre un ser vulgar, intelectualmente débil. Se ponen en la orilla en el paso de gente, desnudos, se cruzan de brazos y se fuman un cigarrito. Más que sentir la naturaleza son un sarcasmo a la propia naturaleza.

 

     Las niñitas monas: Van de dos en dos. Desayunan Cola-Cao con cereales. Llevan su bolsita de Mark&Spencer o Calvin Klein ¿Las gafas de sol? de Pradas. Pintalabios “rose pétillant” de L´Oreal. Van en top-less, por la orilla hablando de sus cositas... melenita al aire. (Las hijas de aquellas madres que quise tanto, me besan hoy como se besa a un santo).

 

     Los bañistas vespertinos: Aparecen sobre las 8 de la tarde, a la caída del sol. Vienen de 10 en 10 y extienden varias mesas plegables. Manejan con maestría la neverita, el tupper-ware, el tetra-brik y el papel Albal. Gozan de la playa y se quedan a veces hasta que llega el de la máquina a limpiar. Aprovechan que no hay gente para hacerse pis en el agua.

 

     Hay un dibujo de Mingote, con la genialidad del dibujante: Un señor en la playa, en una hamaca y una cerveza en la mano, mira el mar complacido, gozando de la mañana.  Y en el bocadillo dice: “Si yo le acepto un efecto a 90 días a Fulánez, puedo meter papel de  Sotánez y hacer liquidez, en cuyo caso habría de pagar el coste de la negociación de este segundo efecto y no tendría el 2% de pronto pago, lo mejor es hablar con Mengánez…”

 

     Y luego hay otras especies menos significativas: Los del botellón.  Los de la pelotita. Los que  vuelan el cachirulo. Los pescadores. Los que comen pipas y entierran las cáscaras con el pie. Los que les gusta leer “Guerra y Paz” a 45º de temperatura. Los surfistas. Los que bañan el perro. Los que quieren primera línea…

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