Abro cada día la ventana
y aspiro con fruición el nuevo día;
sus aromas, que me dicen hoy, cada mañana
que un mañana me espera todavía.
Vuelvo a ti y tan solo verte
arrebujada, con los ojos entornados,
me empuja a ser hoy un hombre fuerte
para apretarte entre mis besos y mis brazos.
Beso tus labios, dulce miel de la mañana,
que tu boca fiel siempre repite
y salgo a la calle triste y larga,
aunque, siempre, mis labios se sonríen.
Paseo, ando, corro y llego;
cada día una ilusión, que nunca es vana
y, alegre y sincero, yo me entrego
en tus brazos que siempre me reclaman.
|
|
Sellamos entre besos dulces pactos:
Ser hoy tan felices que, mañana,
sumergidos en el calor de nuestro abrazo
un nuevo fuego de amor arda en sus llamas
Suena en mi oídos un dulce eco:
“te quiero, te quiero” me repite la mañana
y tu voz me llena hasta muy dentro
inflamando de amor toda mi alma.
A veces me sorprendo sonriendo,
feliz cuando cesan tus angustias
y, en mis brazos, siempre abiertos,
de tus penas y tus ansias te refugias.
Deja que en mis brazos te refugie
y, con ese amor con que me inflamo,
te explique una vez mas por que te amo
más allá de la promesa que un día te hice.
|