En ti la fuerza, la atención, el corazón. En ti la cálida paciencia de tu silencio al escuchar mis palabras, ahora húmedas y confusas, ahora breves y entrecortadas, y mis silencios, mas reveladores que mis propias palabras. Mis ojos interrogantes, los tuyos tranquilos y acogedores. Al fondo leo, "adelante, soy incondicional" y me estremezco agradecida. Tus manos me ayudan a recoger mis pedazos. Hoy estoy rota y tú lo sabes, por eso estás aquí, a mi lado y te estás dando a raudales para aquietar mi ánimo. Hoy lo necesito todo, también lo sabes, hoy tengo miedo y estoy cansada. Mas que cansada abatida. Hoy me he perdido dentro de mí y no sé que camino tomar. He chocado conmigo misma, con el golpe seco y sordo de la impotencia, de la sorpresa y no tengo respuestas. Solo preguntas.
Tú me dejas hablar, me haces hablar, y yo entre pausas y silencios vacío mis miedos, mis dudas e incertidumbres que tú vas enhebrando poco a poco.
Me trasmites la fuerza, la atención y el corazón y no solo eso, me enseñas a sacar la fuerza de mí, a buscarla, a recomponerme nuevamente, y yo con un doloroso esfuerzo aprendo a sacar nuevo partido de las cosas en la vida. Dolorida y aletargada, despliego lentamente las alas de una sonrisa temerosa de la realidad.
Y ahí estás tú. Por cada momento compartido hay un cálido vínculo que nos une, tan cercano, tan lejano. Donde quiera que estéis.... amigos míos.
Año 1989