Hoy intento escribirte y no te alcanzo,
comienzo, y no termino, cada línea,
anhelo ver de nuevo por tus ojos,
conocer otra vez tu pensamiento,
vivir la prisa que, en tus sueños, vive,
palpitando al unísono contigo
y…
¡Solamente tengo tus ausencias!
Quiero que me repitas todo aquello
que me decías antes, que completes
tus frases inconclusas, que, de nuevo,
seamos los dos como una sola carne
pero…
Tú ya no estás en mis caminos
y he perdido tu luz y tu palabra.
Esperándote siempre, me ha crecido
la noche de la vida, entre las manos.
Te fuiste de mi lado sin retornos
y no sé dónde estás, pero te escribo
poniendo el corazón en cada línea
y una llamada ardiente en cada letra.
Si mi carta te encuentra, ven a verme
pues te sigo esperando todavía
y me duele tu ausencia más que nunca.