Las palabras surgen a raudales
como una lluvia infinita
en un vaso de papel,
se deslizan al pasar
y desaparecen en las estrellas.
Charcos de tristeza,
olas de alegría
flotan en mi mente abierta
poseyéndome y acariciándome.
Imágenes de luz incierta
bailando ante mí,
como un millón de ojos
que me llaman y me llaman…
Pensamientos serpenteados
como un viento inquieto en un buzón
tambaleándose ciegamente
en su camino hacia las estrellas.
Sonidos de risas y sombras de tierra
resuenan en mi vista abierta
incitándome e invitándome.
Un amor imperecedero
y sin límites brilla a mi alrededor,
como un millón de soles
llamándome y llamándome… hacia las estrellas.