MITOS Y LEYENDAS
LA PRINCESA KRISTINA DE NORUEGA
(por Kiko Díaz - guía oficial)
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El Reino de Noruega, o simplemente Noruega, es un estado monárquico que se encuentra en la península escandinava, al norte de Europa. Un estado que cuenta con una población de más de cuatro millones y medio, y que siempre han tenido muy presente a la realeza como eslabón fundamental del país. Hasta el punto de que el patrón del país es el Rey Olaf el Santo, que reinó en el siglo XI. Es uno de los pocos santos de origen noruego que tiene culto en la iglesia católica (la mayoría de los noruegos pertenecen a la iglesia luterana).
Uno de sus descendientes, dos siglos después, fue el Rey Hâkon IV. Un hombre culto, religioso y con el deseo de abrirse al mundo. Era coetáneo de Don Alfonso X, luego conocido como el Sabio, con el que tuvo muy buena relación política y cultural. Ambos tenían intención de abrir sus territorios en Europa, por lo que crearon una alianza entre los dos reinos que consistía en realizar el matrimonio de la princesa Kristina de Noruega con el futuro rey Alfonso X. Cierto es que Don Alfonso estaba casado con Doña Violante, la hija de Jaime I, pero cuentan también que el monarca castellano-leonés dejó de amar a su esposa por su incapacidad para concebir descendencia.
Kristina de Noruega nació en el año 1.234. En el año 1.257 comenzó un largo y duro viaje por mar y tierra acompañada por nobles, religiosos, damas y caballeros encargados de cuidar un importante cargamento de oro, plata, pieles y otros bienes que constituían su ajuar, con el fin de llegar a tierras ibéricas para casarse con el futuro rey de Castilla y León. Pero como los viajes eran bastante lentos en aquella época, para cuando la princesa llegó al reino hispano, quiso el destino que Doña Violante quedara preñada (llegó a tener 10 hijos). Kristina fue repudiada y obligada a casarse con el hermano de Don Alfonso, el infante Don Felipe de Castilla. El infante había sido abad de la Colegiata de Covarrubias a los 21 años y el primer arzobispo de Sevilla. El matrimonio se celebró en Valladolid y se trasladaron a vivir a Sevilla.
La princesa noruega era alta, rubia, con ojos azules y tez blanca. Murió en el año 1.262 a los cuatro años de casarse. Dicen que la princesa murió de pena, de dolor por no poder casarse con quien realmente estaba enamorada y porque echaba en falta el paisaje de su país, sus gentes, su pasado… Se encontraba sola.
El infante Felipe de Castilla hizo enterrar a su esposa en el claustro de la Colegiata de Covarrubias. En el lecho de muerte la princesa le pidió que junto al lugar donde fuese enterrada se construyera una capilla dedicada al patrón de Noruega. El infante se lo prometió, pero nunca lo cumplió.
Si Burgos es “Cabeza de Castilla”, Covarrubias se considera “Cuna de Castilla”. En su Colegiata, cuyas primeras trazas son del siglo VII, se encuentran más de 30 sepulcros de diferentes nobles del reino. En el año 1.958 se estudiaron todos los sepulcros y en uno de ellos encontraron los restos de una mujer que llevaba puestos cinco trajes con restos de bordados de oro y piedras preciosas. También llevaba joyas que indicaban su alto linaje. Junto al cuerpo momificado se encontraba un pergamino con versos de amor. Medía 1,70 centímetros, que era una altura no habitual para las mujeres castellanas del siglo XIII, pero algo normal en las mujeres del norte de Europa. También tenía intacto su pelo rubio y sus uñas rosadas. Tras una serie de análisis se confirmó que eran los restos de la princesa Kristina de Noruega. Desde entonces su sepulcro siempre tiene flores. También tiene una campana. Cuenta la tradición que la mujer que quiere encontrar novio, sólo tiene que ir hasta el sepulcro de la princesa y tocar la campana para que la princesa le ayude a encontrarlo y que su amor sea más dichoso que el que ella tuvo en vida.
Los noruegos han basado gran parte de su literatura medieval en la historia de la Princesa Kristina, hija de Hâkon IV. Son constantes las peregrinaciones que hacen hasta este pueblo burgalés. Se ha creado una Fundación para salvaguardar su memoria y desarrollar un intercambio cultural entre los dos países. A finales de octubre se realiza en Covarrubias una feria con música y productos típicos noruegos. Han regalado una escultura en bronce de la princesa, que se encuentra en la entrada de la colegiata; y este mes se ha confirmado que darán la donación necesaria para realizar su último deseo: realizar una capilla a Olaf el Santo, junto al sepulcro de la princesa Kristina de Noruega.