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VIAJE A LA BAJA GALICIA
(por Baldomero Santana Mojica)
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Un nuevo viaje de Jubicam nos llevó esta vez a un grupo de 52 asociados y familiares a conocer la Baja Galicia, estableciendo nuestro “cuartel general” en la localidad de O Carballiño (Ourense), en la Residencia de Tempo Libre de la Xunta de Galicia. Salimos el día 10 y regresamos el día 18 de Mayo. Para que no resultara muy pesado, el desplazamiento lo hicimos en dos etapas, la primera hasta Medina del Campo, donde llegamos a la hora del almuerzo, pasamos la tarde y pernoctamos.
La tarde dominguera en Medina del Campo no nos permitió visitar el interior del famoso castillo de la Mota porque estaba cerrado, aunque algunos fueron a ver el exterior y sus alrededores. Otros optaron por ver la ciudad, bastante animada, al menos en la Plaza Mayor de la Hispanidad, con sus puestos de venta de cerámica, libros, artículos de piel, etc. y las pobladas terrazas de sus cafeterías. En este lugar de la ciudad se concentran los edificios oficiales y la casa donde vivió Isabel La Católica.
En la siguiente etapa, ya de camino hacia O Carballiño, visitamos el Lago de Sanabria y su municipio, declarado Conjunto Histórico-Artístico. Tras breve visita por el mismo continuamos viaje hacia nuestro destino donde llegamos con tiempo para comer y poder descansar.
Iniciamos nuestras excursiones por Galicia con la visita al Monasterio de Oseira, uno de los más famosos de aquella región, en las que tuvimos como guía a Fray Luis, un monje pintor que ha expuesto en salas de la CAM y que tras darnos su bienvenida, nos mostró ampliamente las dependencias monásticas de una riqueza histórica notable.
La siguiente visita fue a Celanova para conocer el Monasterio de San Rosendo, de unas dimensiones arquitectónicas grandiosas, pero que en la actualidad, en palabras de nuestra guía se halla falto de ayudas para su conservación pese a tener algunas instalaciones para uso del Ayuntamiento y de la población, que evitan un mayor deterioro del que ya presenta.
Nueva excursión: fuimos a visitar la ciudad de Vigo, con su famoso Mercado de la Piedra, en donde deambulamos por su centro comercial con sus calles peatonales, variado comercio, y donde gravita su pulmón financiero, próximo a su puerto, uno de los que soportan mayor tráfico en toda la península ibérica. Siempre agrada una visita a esta ciudad.
Continuamos, tras dejar Vigo, para visitar el Monasterio de Poio, cerca de Pontevedra, que tiene el mayor hórreo que se conserva en Galicia. Es visita obligada entre los lugares turísticos más concurridos de esta zona. Estuvimos poco tiempo porque llegamos algo tarde y cerraban a las 13,30 horas.
Pusimos rumbo a O Grove, donde nos esperaba una muy bien presentada y abundante mariscada que hizo las delicias de cuantos componíamos la expedición. Notable alto, para la agencia que nos la había encargado.
Terminada la comida nos dirigimos a Rivadavia, la que fue antigua sede del Reino de Galicia, ciudad ligada no solo al vino sino también a la presencia del pueblo hebreo. Su judería es la más relevante de Galicia por su importancia y por su estado de conservación. Esta ubicada alrededor de la plaza de la Magdalena. En sus cercanías, está la iglesia románica de Santiago y una larga relación de templos. La fiesta “de historia” se celebra en Agosto, con una reconstrucción sobre el ambiente judaico en el medievo, haciendo que circule durante esos días como moneda el maravedí, y los artesanos ofrecen una variadísima muestra de sus obras.
La siguiente salida la realizamos para visitar los cañones del Sil, enclavados en la Ribeira Sacra donde existe la mayor concentración de fundaciones religiosas del occidente europeo. Solo comparable con la existente en Oriente, en Athos o en el Sinaí. Sus importantes conjuntos arquitectónicos, ubicados en parajes naturales de excepcional belleza, convierten a la Ribeira Sacra en una de las joyas del patrimonio gallego.
En esta visita, la única con un día de sol espléndido en todo el viaje, tuvimos que soportar el infernal estado de un tramo de carretera porque estaba en obras la principal, primero para llegar al embarcadero de Parada de Sil, para subir al catamarán, en el que durante hora y media recorrimos los cañones del Sil, y después para dirigirnos al cercano Monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil, y sobre todo para ir hasta Monforte de Lemos, donde teníamos preparado el almuerzo. Al fin conseguimos llegar cerca de las 4 de la tarde. Como anécdota, inolvidable. Nuestra particular opinión es que el peligro que pasamos no estaba compensado con la importancia de las visitas, aunque estas hubieran sido maravillosas.
Para concluir la excursión aún visitamos, tras el almuerzo, la ciudad de Monforte de Lemos, ya en la provincia de Lugo, la cual nos causó una grata impresión. Su origen es el de un importante cruce de caminos y principal nudo ferroviario de Galicia. Es la segunda población en importancia de la provincia de Lugo. Entre sus edificios más emblemáticos destacan el conjunto Monumental de San Vicente y Parador Nacional de Turismo y el Colegio de Nuestra Sra. de la Antigua (Escolapios).
Por último, realizamos una visita guiada a la ciudad de Pontevedra en la mañana del domingo, lluviosa y con las calles del centro histórico cortadas por la celebración de una carrera pedestre. Estuvimos viendo tres iglesias, en las que predomina el estilo gótico, recorrimos las típicas plazas denominadas del Pan, de las Verduras y de la Leña, donde se celebraban antiguamente los mercados de estos productos; nos enseñaron desde el exterior la casa donde nació el escritor D. Ramón del Valle Inclán, y aún nos quedó tiempo para dar un breve paseo y tomar algún que otro aperitivo.
Tuvimos día libre en O Carballiño, que aprovechamos para realizar una visita guiada a la población, en mañana con abundante lluvia, y pudimos ver la Iglesia de la Veracruz, cumbre de la arquitectura religiosa del siglo XX por su amalgama de estilos y el diseño innovador del insigne arquitecto Antonio Palacios. Tras paseo por las calles céntricas de la villa, en día de mercado, fuimos al edificio de O Consello (Ayuntamiento) donde, en su salón de Plenos, el guía nos dio un amplio repaso de la historia local.
Cuando se despidió el guía, el grupo se disgregó y pudimos participar en la fiesta del pulpo a feira. Las “pulpeiras” se sitúan a la puerta de los bares con sus fogones y calderos de cobre para preparar el pulpo, que sirven, después de cocinado, dentro del bar para poder tomarlo acompañado de un buen ribeiro. O Carballiño tiene la fama de preparar el mejor pulpo a feira de toda Galicia, y podemos dar fe de que es totalmente cierto. Acabado el aperitivo, muchos de nuestros compañeros de viaje, fueron a las confiterías de la localidad para comprar otra “delicatessen” local, las cañas de O Carballiño, pastel relleno de crema que tiene fama incluso fuera de Galicia.
El viaje de regreso lo hicimos de un tirón, con solo las paradas técnicas y el almuerzo en el hotel de Medina del Campo. Llegamos a nuestros destinos respectivos cerca de la medianoche.
No debo olvidar dar las gracias a los responsables de la expedición, José M. García Mascuñán y Salvador Albert, por sus atenciones en todo momento con cuantos formamos parte del grupo viajero.
En resumen, un buen viaje, pese a las permanentes lluvias y alguna anécdota relativa a los itinerarios que nos deben servir de reflexión para futuras salidas.
Hasta la próxima, os envío mi más cordial saludo.