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Toni Gil

LA VIRGEN DE JARABA
(por Toni Gil)

   

¿Por qué los maños tienen la costumbre de hacer las imágenes de sus vírgenes de un tamaño tan pequeño? La de Jaraba, que puede verse –si te acercas al altar-, no tendrá más de 20 centímetros. Se asegura que data del siglo VI, y aunque la leyenda informa que durante la denominación árabe los jarabeños la ocultaron por temor a que fuera profanada, parece que con la reconquista, allá por el 1120, volvió a aparecer y se encuentra en  el santuario del siglo  XVI construido para albergarla en uno de los rincones con mayor encanto natural de la cuenca del Jalón.

Dijeron que es de piedra arcillosa, de la que abunda en la zona, y parece policromada en su diminuta urna.

Fuimos a verla con ocasión de la visita que hicimos con José María Molina, uno de los colegas que se ocupan de los viajes de Jubicam, y su esposa Carmen, al Balneario Sicilia, uno de los tres que hay en esta población, sin ninguna duda el de más altas prestaciones, tanto en la parte hotelera como en lo referente a las instalaciones termales, donde destaca una piscina encajada en la roca. Impresionante. Tampoco hay que olvidar la oferta gastronómica, excelente por cierto, y las actividades complementarias de ocio, música, etc.

Es Jaraba –topónimo que deviene del árabe Jarab, lugar con mucha agua- un oasis entre colinas y barrancas, refrescado por el río Mesa que transcurre junto al pueblo, entre los balnearios. Entre ellos y las empresas embotelladoras seguro que hay más empleados que habitantes censados –poco más de 300-, que residen en la comarca. Diversos atractivos hay en su entorno: desde la visita al Monasterio de Piedra o a Calatayud, a Medinaceli o al Monasterio cisterciense de Santa María de Huerta, todo queda en un radio de distancias cómodas.

Pero si no se quiere abandonar la población, se puede visitar su iglesia, pasear por el entorno del río y contemplar la colonia de buitres leonados, o acercarse a la ermita y hacer el esfuerzo físico de subir la cuesta; vale la pena, aunque la virgen sea tan pequeñita.

Hacer 500 kilómetros, desde Alicante, sea en bus o en vehículo propio para pasar allí unos días de turismo de salud y relajación no es un esfuerzo vano.

toni.gil@ono.com

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