Índice de Documentos > Boletines > Boletín Julio 2009
 

ACURRUCADA
(por Francisco L. Navarro Albert)
 

Acurrucada en mi nido

como polluelo temblabas.

A fuerza de mil suspiros

y mil caricias calladas,

conseguí que tus temblores

se tornaran en ardores

mientras tu amor me entregabas.

 

         Así, al amanecer del día,

con las caricias tempranas,

borré muy pronto el recuerdo

de aquellos temores y miedos

que tus sueños despertaban.

         Y tus sueños, 
sueños de amor compartidos,
nos han hecho dueños
de paraísos eternos
que sólo nosotros vivimos.

          Esos paraísos de amores
que sin llave guardamos,
son como aquellas flores
de mil aromas y colores
que en nuestro jardín cultivamos
y que al crecer cada día,
en sus ramas dan cobijo
al gorrión y al jilguero,
como a ese amor primero
con que primero vivimos

Volver