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ROGELIO MARTÍNEZ CORTÉS
NUESTRO AMIGO
     (por Cecilio Méndez Pinilla)     

    A primeras horas de la mañana del dos de Julio suena el móvil y en la pantalla aparece un nombre: ROGELIO. Me sobresaltó la llamada, y cuando oigo la voz de Virginia (su esposa y el ángel de la guarda de nuestro amigo) diciéndome Cecilio, Rogelio ha fallecido esta noche, llama a Jubicam y a sus  compañeros de trabajo, no reacciono, hasta el punto que tengo que llamarla posteriormente para saber los datos a comunicar.

    Y, para los que no tuvisteis la suerte de conocerle, ¿quién era Rogelio? Pues, creo que la mejor definición es UN HOMBRE BUENO. Un hombre bueno en todos los aspectos; en su vida familiar, en su vida  laboral, en sus relaciones sociales… e inquieto y lleno de curiosidad, que procuró saciar en la Universidad Permanente de la Universidad de Alicante, donde también reunió amigos. Colaboró activamente en Jubicam… En mis tiempos de Vocal de Viajes tuve la suerte de contar con su ayuda, junto a Manolo Lucas y Paco Morán, que tampoco están ya con nosotros, pero que estoy seguro que los tres juntos en el cielo, organizaréis viajes para los de allí arriba. Nunca os olvidaré, como al resto de compañeros de la Vocalía que siguen en este mundo.

   Rogelio, cómo me viene a la memoria en estos duros momentos de tu pérdida, cuando te pedía colaboración, desde la más ingrata, pesada y monótona, a la más creativa y agradable, tú siempre contestabas lo mismo: de acuerdo Cecilio. Y ya no necesitaba más, me olvidaba del tema y de pronto desaparecías de nuestra sede social; entonces les preguntaba a los compañeros ¿y Rogelio? Y siempre recibía la misma respuesta, ahí te ha dejado terminado lo que le pediste. Hasta que descubrí el motivo de su puntualidad en la salida, (igualmente lo era en la llegada): le estaba esperando su VIRGINIA, su Ángel de la Guarda.

    Gracias Rogelio, por ser un AMIGO y sobre todo por ser un HOMBRE BUENO.

         

                                                                                                                                                                         Fotos: Archivo de JUBICAM

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