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LA ESCUELA DE SALAMANCA
(Por de Vicente Llopis Pastor)

Vicente Llopis Pastor

          Hace unos días tuve la gran ocasión de disfrutar de un crucero por el río Danubio, organizado por Jubicam, durante el cual hicimos escala en diversos países centroeuropeos; todos ellos de gran raigambre cultural, artística y científica. Durante el transcurso del mismo, me vino a la memoria las aportaciones de Alemania y Austria a la Ciencia Económica. En el caso de Alemania por medio de la “Escuela histórica alemana” que floreció en el siglo XIX y estudia la economía de forma estructural dentro de las Ciencias Sociales; en el de Austria, igualmente en el siglo XIX, por la “Escuela de Viena” que aportó el marginalismo y el tratamiento matemático de la microeconomía y su equilibrio. Ambas ocupan un importante espacio en la Historia del Pensamiento Económico.

Razonando sobre el tema he venido a recordar la falta de apreciación que hoy en día suelen tener las aportaciones de España a la Ciencia Económica, a pesar de que en nuestro Siglo de Oro florecieron extraordinarios estudios en esta ciencia, hasta el extremo de que existe una llamada “Escuela de Salamanca”, que realizó notorias investigaciones en Economía. Esta Escuela estuvo integrada por profesores, filósofos y teólogos ligados a la Universidad de Salamanca, en cierto modo bajo el magisterio del dominico Francisco de Vitoria (1483-1546), que tuvo su máximo esplendor con autores tales como Domingo de Soto, Luis de Molina, Francisco Suárez, Tomás de Azpiricueta, Tomás de Mercado, Melchor Cano, Diego de Covarrubias, y otros muchos que plantearon y razonaron temas económicos que son todavía de actualidad.

  

Entre variadas cuestiones económicas llevaron a cabo magistrales concepciones sobre propiedad privada, actividad empresarial, beneficios, dinero, valor, precios, coste de producción, utilidad, libre mercado, oferta, demanda, intervención del gobierno y, en general, sobre toda la panoplia conceptual y paradigmática que hoy se mantiene en la Ciencia Económica.

  

Estos españoles aportaron lo que posteriormente se ha venido a llamar “Teoría cuantitativa del dinero”, en la que se trata a la moneda como una mercancía, y no como un título convencional, y por tanto está sujeta a repercusiones en los niveles de precios y de actividad, siendo trasladable al intercambio de monedas de distintos lugares, lo cual no es otra cosa que el actual mercado de divisas. Dicho de otra forma, todo lo que hoy leemos en la literatura económica sobre inflación, desinflación, deflación, interés real, interés de mercado, liquidez bancaria, cotizaciones de divisas, oferta monetaria, financiación, crédito, etcétera, o séase, economía financiera y política monetaria, tiene sus sólidas bases en autores españoles de la citada “Escuela de Salamanca”.

   

Hasta tal extremo fueron brillantes sus aportaciones que Joseph Alois Schumpeter (1883-1950), el más grande historiador de la Ciencia Económica, ha dejado escrito que este grupo de autores españoles es el que se merece el título de fundador de la Ciencia Económica y no la posterior escuela liberal inglesa del siglo XVIII que incluye a Adam Smith como su adalid.

  

Tal vez el olvido de esta “Escuela de Salamanca” esté motivado por las pocas simpatías que algunas potencias europeas rivales del Imperio español han tenido hacia nosotros y, también, porque la Ciencia Económica casi siempre ha estado escrita por países protestantes que no veían con buenos ojos el desarrollo científico de esta “Escuela de Salamanca” por sus grandes aportaciones teológicas al Concilio de Trento y la posterior Contrarreforma.

   

Como mi propia muestra para refutar el menoscabo con que se ha tenido a estos grandes economistas españoles, quiero citar a dos de ellos. Tomás de Azpiricueta (1493-1586), que en su obra “Comentario resolutorio de cambios” (1566) dice “…lo que hace subir o bajar el dinero… es haber gran falta o necesidad de copia del, vale más donde o cuando hay gran falta del…”. Ésta es la base de la teoría cuantitativa del dinero. Otro autor, don Tomás de Mercado (1530-1576), en su obra “Tratos y contratos de mercaderes y tratantes” (1569) cita “… la justicia de los cambios que ahora se usan estriba y se funda en la diversa estima de moneda que hay de diversas partes…”. Concepto fundamental del mercado de divisas.

   

La ciencia española, a veces tan poco estimada, necesita que se reconozcan algunos extraordinarios logros y desde mi personal postura de estudioso de la Historia del Pensamiento Económico así lo reivindico desde estas páginas.

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