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MITOS Y LEYENDAS

EL LAGARTO DE LA MALENA
(por Kiko Díaz - guía oficial)


     Jaén, capital de provincia andaluza, cuenta con un rico patrimonio histórico gracias a la convivencia que durante siglos dejaron la cultura cristiana, musulmana y judía. Capital del Santo Reino, la Yayyan musulmana y hebrea fue ejemplo vivo de tolerancia y sabiduría y es lo que aún podemos disfrutar paseando por la ciudad que surge a los píes del monte Santa Catalina con la fantástica fortaleza del mismo nombre, hoy parte de ella convertida en Parador Nacional de Turismo. Su Catedral está en proceso de ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, donde se encuentra una de las tres Faces, allí llamada Santo Rostro. Pasear por el Barrio de la Magdalena, más conocido como La Malena, es conocer el origen de la Yayyan, lugar cargado de misticismo y tradición, encontrándote en sus rincones símbolos templarios; en dicho barrio se encuentra la Iglesia de la Magdalena, el templo más antiguo de la ciudad, del siglo XI, que todavía conserva en un patio la alberca de las abluciones de la antigua mezquita. También es un barrio de misterio y leyenda, gracias a un lagarto: el Lagarto de la Malena o el Lagarto de Jaén.

Fuente del lagarto     Cuentan que en el siglo XVI, en una cueva que existe junto a una fuente del barrio, apareció un lagarto de grandes dimensiones, y que a la gente que se acercaba para coger agua se la tragaba de un bocado. Y a los pastores que llevaban hasta ella a las ovejas para que calmaran su sed en la fuente, también se los comía. Tenía atemorizada a la población. Un día, un pastor que estaba ya cansado de que las ovejas se le murieran, o bien porque no podían beber, o bien porque si lo hacían acercándose a la fuente eran engullidas por el gran lagarto, ideó un plan. Cogió a una de sus ovejas y la mató, sacándole toda la carne y entrañas que tenía en su interior dejándole solo el pellejo. La rellenó con cardos, hongos y demás plantas muy secas y las prendió. Dejó a esta “oveja rellena” junto al manantial y el lagarto al oler el cordero ensangrentado, salió de su escondite y lo engulló de manera que todas sus entrañas terminaron abrasándole y así fue como murió, y desde entonces, la población pudo vivir más tranquila.

     Hay otra versión, que nos cuenta que un preso condenado a muerte propuso a las autoridades que si le dejaban en libertad, él podría terminar con el lagarto. Lo único que solicitó fue un caballo, un saco de panes recién hechos y un saco de pólvora. Cuando llegó la noche, el preso fue a la guarida del lagarto y, montado en el caballo, fue galopando y dejando caer los panes en hilera. El gran lagarto despertó al oler el pan caliente, y fue siguiendo la hilera de panes comiéndoselos de uno en uno según se los iba encontrando disfrutando del festín. El preso, lanzó el saco de pólvora cuando ya no le quedaban más panes, y el animal se lo comió como otro pan más, y con el calor que almacenaba en su cuerpo por los panes, el saco de pólvora estalló y así fue como el lagarto murió.

     Hay quien mantiene la teoría de que la leyenda tiene su parte de realidad. En uno de los viajes de Colón, viajaba un jienense, carpintero de profesión, que al volver a la ciudad se trajo un pequeño lagarto de recuerdo. Realmente era una cría de caimán, que el crecer, el dueño tenía que buscarle grandes cantidades de carne para comer, y por este motivo robaba las ovejas a los pastores para saciar el apetito del intruso animal. Cansado de tales menesteres, decidió dejarlo en libertad y el caimán recorría las calles del barrio atemorizando a la población.

     Lo cierto es que el lagarto se ha convertido en símbolo de Jaén. Algunos jienenses aseguran que si viésemos la ciudad a vista de pájaro, su silueta se asemeja a la de un lagarto enroscado al cerro de Santa Catalina. Hay un festival de música que lleva el nombre de “Lagarto Rock”. En las celebraciones de la ciudad, se recrean sus movimientos en las cabalgatas que se celebran con motivo de las ferias y fiestas. Hay un dicho nacional popular que dice: “Así revientes como el lagarto de Jaén”. Recientemente se ha declarado el día 2 de Julio como el Día del Lagarto de la Magdalena, haciendo representaciones teatrales y diferentes actividades culturales por toda la ciudad. Y la leyenda que acabamos de contar, ha sido declarada como uno de los 10 tesoros del Patrimonio Cultural Inmaterial de España.

     Nos encontramos más “lagartos” por España: en la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción del Viso del Marqués, en Ciudad Real. También en la ciudad de Valencia, en la Iglesia del Patriarca… Pero en Jaén, la ciudad la ha convertido en un icono representativo y la leyenda del Lagarto de la Malena forma parte, generación tras generación, de una gran tradición jienense.

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