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EL RESTAURANTE VENEZUELA
(por Miguel Gallego Zapata)

(Cronista Oficial de la Villa de San Javier)


     El día 8 de Septiembre, festividad de la Virgen de las Huertas, invitado por mi hija Huertitas volví al Restaurante Venezuela después de muchos años (todos los días no dan para comer en estos sitios), y cuál sería mi sorpresa cuando me encontré con las mismas caras de hace treinta o cuarenta años. Frecuenté aquella casa desde su creación por Alcázar y yo creo que ya estaba allí Anastasio, yo no recuerdo a otro antes. La Asociación de Amigos del Mar Menor, de la que era Presidente Joaquín Ros Vicent, Secretario Rafael Mellado y yo Vicepresidente, nos reuníamos allí a falta de sede propia y después merendábamos. También en compañía de Benjamín Marín y Antonio González y nuestras respectivas esposas. Como Director de la Caja de Ahorros de Alhama de Murcia y después como Apoderado de la CAM, con Pepe Lucas, Notario de San Javier y otros amigos, mis hijos también son clientes asiduos. Recuerdo los muchos homenajes organizados allí, entre otros el de D. Miguel Esquerdo, sin contar bodas, bautizos, y otros acontecimientos. Viví allí jornadas históricas como la inauguración del Laboratorio Oceanográfico y recuerdo a aquellos japoneses comiendo caldero por la noche, que entonces nos llamaba la atención.

Resturante Venezuela     El Venezuela fue y sigue siendo el más emblemático del Mar Menor, con mucha diferencia sobre el segundo. Lo amplió con los Corales, el Cocedero de Mariscos y la Freiduría, todo a gran altura.

     Anastasio me proporcionaba hueva de mújol para enviarla a Martí Esteve, Director de la Clínica Los Nardos que trataba a mi mujer y no me cobraba, pero me insinuaba que las huevas de mújol y los langostinos del Mar Menor eran excelentes. A mi mujer le encantaba que la llevara a tomar una cerveza en la barra pues siempre hubo unas tapas muy sugestivas.

     Fui compañero de su hija en el Consejo Escolar del Instituto, ella elegida por los alumnos y yo por los padres, ya era una joven muy maja. Su hijo, que lo dirige ahora, me recibió con la cortesía que siempre ha caracterizado a esta casa, que siempre mimó a su clientela.

     El establecimiento ha sufrido una renovación muy importante tanto en su parte exterior como en el interior y puedo asegurar que se encuentra entre los más selectos de la región en su género, pero a lo que iba ¿Es corriente mantener una plantilla de esa categoría durante tantos años?

     Por supuesto que es una gente estupenda con un trato humano fuera de lo normal, pero lo que quiero destacar y poner como ejemplo es a Anastasio Jiménez y su familia, que, formando una piña, no solo conservan su negocio sino que lo acrecientan  y todo ello con unas relaciones laborales con su plantilla que no hace falta preguntar, está a la vista de todos.

     Anastasio, me he comido hoy en tu casa un arroz que hacía tiempo que no lo hacía, enhorabuena, seguís siendo los mejores, qué pena que por nuestra edad no podamos hacerlo muchos años más.

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