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MARCOS VAELLO  -   IN MEMORIAM

     Ayer enterramos a Marcos, otra piedra que se desmorona de esa catedral que se tambalea, construida de amistades entre los jubilados de la CAM. Trabajamos juntos hace años en la 0.031-Villajoyosa, en su ingreso yo ya llevaba más de diez, ¡claro que  me era conocido! Pertenece a familia de rango, los Vaello,  pero a mí me llamó la atención su inteligencia, su ingenio y su enorme memoria. Nuestro compañerismo siguió pese a que fue destinado más tarde a la Oficina del Barranquet.

     Además de todo esto y la vecindad que nos brindan los pueblos, la amistad se materializó gracias a Jubicam, esa Asociación que vela por la orientación de los que fuimos apartados laboralmente de la gran familia. Ya estando en esa reencarnación del afecto personal que anida en la Asociación, otro pilar importante se vino abajo y me refiero a Ramonet de Sella y de la Vila. Penas que traslucen recuerdos maravillosos. Mercedes por Marcos y María Isabel la de Ramón, seguid estando con  nosotros al menos una vez al año en ese día de Hermandad.

     Y de Marcos puedo seguir escribiendo lo que pienso de él, antes que el tiempo desfigure esta opinión. Era detallista, pulcro y tenía su bien formada autoestima. Su seriedad no sé si era caparazón que escondía su timidez, pero muy pocas veces revelaba en signos externos si era poseedor de alguna alteración escondida. Juzgo pero no digo que sean verdades; sí me intrigaba cuando todo serio e interesado, algunas veces me preguntaba dónde conseguía mis camisas blancas, y enfadado en sí mismo se preguntaba por qué no conseguía escribir sus ideas de forma correcta, me decía.

     Voy a salir de paseo y sé que no le voy a ver con su nieto Visent, de unos tiernos años, paseándolo en el cochecito al irradiado sol. Son penas que a los mayores nos cuesta alejar, y al comparar sé que no tengo derecho a ellas, porque pienso en su esposa María Mercedes y sus hijos Toni y Laura, (el mismo nombre que sus padres) y en sus nietos Vicente y la niña recién llegada, que le ha dado su hija.

     Supongo que los seres queridos nos volveremos a ver en los cielos.

GASPAR LLORCA (13-12-2010)

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