Los temas de psicología siempre resultan interesantes para todo tipo de colectivos. Y así suele ser en los Foros de debate de Jubicam, en los que frecuentemente se tocan temas referidos a cohesión social, adaptación, medios de comunicación y una amplia gama de contenidos, para los que contamos con destacados catedráticos y expertos. Tal fue el del pasado lunes día 10 de enero de 2011, en el que se celebró el LII Foro de debate dentro del programa cultural “Intergeneraciones” con el título de “Las adversidades de la vida.- Tu resiliencia ante la adversidad”, actuando como ponente don Antonio Vallés Arándiga; Doctor en Psicología por la Universidad de Murcia; Licenciado en Ciencias de la Educación por la Universidad de Valencia; Profesor Asociado del Departamento de Psicología de la Salud por la Universidad de Alicante; Profesor Honorario de la Universidad Peruana “Los Andes” de Haucayo, Perú; y destacado Profesor de la Universidad Permanente de la Universidad de Alicante (UPUA).

     Como es habitual nuestro líder don Francisco Bernabéu Penalva presentó al ponente quien es muy conocido en Jubicam por haber intervenido en ocasiones anteriores en nuestros Foros y por su relación con muchos de nuestros componentes por su labor profesoral en la UPUA.

     La palabra resiliencia resulta poco común todavía porque su uso lo es en restringidos ámbitos académicos y no ha sido incorporada al diccionario de la RAE en su última vigesimosegunda edición pero se anuncia su incorporación para cuando se edite la próxima y vigesimotercera edición con las acepciones de 1. f. Psicol. Capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas. 2. f. Mec. Capacidad de un material elástico para absorber y almacenar energía de deformación.

     Precisamente el Dr. Vallés Arándiga comenzó su intervención remontándose a ejemplos de la física, mecánica y economía, en cuyas ciencias se utilizan conceptos trasladables, como los de flexibilidad, elasticidad, fortaleza, firmeza, aguante y otros. Hizo referencia a la canción de los años sesenta “Resistiré”, del Dúo Dinámico, y al movimiento de los juncos sin quebrarse por el embate de vientos, ríos, lluvias y manifestaciones atmosféricas. En una primera aproximación resiliencia es la capacidad de los sujetos para sobreponerse a períodos de dolor emocional y traumas. El ponente nos habló de los procesos de respuesta individual ante un estrés y en el que nos describió su homeostasis, con a) Reacción, b) Cima, c) Caída y d) Recuperación; tanto en el aspecto psicológico como en el físico, y con tiempos de duración diferentes según las personas. Dijo que es un fenómeno que puede tardar nanosegundos o milisegundos y en el que las respuestas dependen del temperamento, carácter, emotividad, calma y otras variables que definen la personalidad.

     Continuó distinguiendo sus efectos, que pueden ser incluso psicosomáticos y afectar a la salud y al equilibrio bioquímico. Distinguió entre eustrés, como algo bueno y aceptado por el individuo, frente al distrés, que no se supera. Para tratar este efecto las respuestas del ser humano necesariamente han de ir por tres vías: 1) Dimensión del hecho que le afecta; 2) Valor que le da al objeto causante; y 3) Apreciación subjetiva del acto que lo origina. Continuó dando algunos ejemplos y mostró en pantalla su definición de resiliencia como “capacidad que tenemos para hacer frente a las adversidades de la vida, recuperarnos e incluso ser transformados positivamente por ellas”. También manejó otros conceptos afines y alternativos.

     Igualmente explicó el funcionamiento de las distintas zonas del cerebro humano que participan  en la resiliencia y  sus localizaciones frontales, laterales y occipitales; así como los trastornos postraumáticos y algunos aspectos positivos que coadyuvan el crecimiento personal; abogando por una “educación para la resiliencia” en la que se distinga la aceptación de la resignación. Como favorecedores de la resiliencia citó: a) Apoyo familiar; b) Autoconfianza; c) Control propio; d) Manejar emociones; y e) Estimular la creatividad y las destrezas. Para ello hay que tener serenidad, valentía, entusiasmo y sabiduría. Por último nos habló del camino para lograr habilidades resilientes que igualmente dividió en: a) Mantener redes de amigos; b) Sentido de la vida y de su trascendencia; c) Autoestima favorable; d) Autopercibirnos como competentes; y e) Sentido del humor. Expuso en pantalla la “Pirámide de Maslow” en la que los órdenes superiores de autovaloración, reconocimiento y afiliación favorecen la resiliencia y los inferiores de seguridad y satisfacción de necesidades físicas no resultan relevantes.

     El posterior debate resultó de gran contenido sustancial y en él intervinieron F. Bernabéu, sobre el individualismo frente a la colectividad y el grupo como apoyo; P. Bosque, sobre los tiempos de respuesta resilientes medidos en nanosegundos o milisegundos que no dan tiempo a razonar; F.L. Navarro, sobre la disciplina y el entrenamiento para fortalecer la resiliencia; R. Carratalá, sobre la falta de resiliencia que continuamente se ofrece como noticias de los medios de comunicación social; E. Moya, sobre su traslación de la resiliencia al “planteamiento y toma de decisiones” que se suele hacer en equipos directivos de las organizaciones empresariales; F. Bernabéu, sobre la trascendencia e importancia de las personas mayores en la sociedad actual; P. Bosque, sobre la falta de “educación emocional” en el sistema formativo español; y F. Bernabéu cerró las intervenciones con el ejemplo de lo que individual y colectivamente está llevando a cabo Jubicam.

     Mi resumen de este Foro de debate es que fue de enorme enriquecimiento para todos, con una extraordinaria metodología didáctica y con una excelente presentación y exposición mediante medios audiovisuales proyectados en pantalla. El contenido de toda esta documentación está a disposición de los miembros de Jubicam porque así nos fue entregada por el Dr. Vallés Arándiga a nuestro Presidente don José María Alonso.

     Mi aportación adicional.- Creo que el concepto de resiliencia es una novedad dentro de lo que podría ser la psicología conductiva y también de la psicología evolutiva del ser humano. Y así creo que ha sido tratado a lo largo de la historia de la civilización, si bien con enfoques más amplios y estudios poco experimentales. Distintas escuelas de pensamiento, filosofía, cultura y variadas religiones nos han dado fórmulas para la favorable aceptación de nuestro paso por la vida. Estas fórmulas casi siempre han consistido en modos de comportamiento y bajo esa idea recuerdo algunas aportaciones; por ejemplo, budismo, taoísmo, estoicismo, esenios, cristianismo y muchas otras.

     Me atrevo a señalar que para fortalecer nuestra resiliencia no estaría de más leer a Confucio, Buda, Sócrates, Zenón de Citium, Posidonio, Séneca, Marco Aurelio, M. Cervantes, B. Franklin y algunos grandes moralistas, que sin duda, fortalecerán nuestro espíritu ante las adversidades. Igualmente recuerdo la frase del Primer Ministro británico W. Churchill durante la Segunda Guerra Mundial de que “quejarse no es británico” como una especie de “resiliencia social” de los ciudadanos del Reino Unido, lo cual les permitió superar al enemigo en la citada guerra.

     Añado una curiosa noticia de prensa que he leído hace unos días y que hace referencia a un proyecto de Ley que está preparando el Gobierno español, mediante el Ministerio de Sanidad e Igualdad, por el que los ciudadanos españoles van a estar obligados en sus relaciones con los demás a usar un trato igualitario, no ofensivo, no peyorativo y no vejatorio, haciendo más suaves las relaciones humanas. Si lo he entendido bien y esto es así, con esta Ley o alguna parecida habrá menos motivos para que los españoles pongamos a prueba nuestra resiliencia particular por mor de las frases y formas de trato que recibamos de los demás. Por lo menos es lo que yo pienso.

     Un abrazo a todos y hasta el comentario del próximo Foro de debate.

Fotos de Antonio Aura